Se enamora apasionadamente del Tango Argentino en 2005.
Pasión que lo lleva inmediatamente a recorrer y a asistir a talleres, milongas y festivales en toda Francia.
Y a visitar evidentemente Buenos Aires, donde descubre una segunda revelación, el estilo milonguero, acompañado maravillosamente bien por la música de la vieja guardia y de la edad de oro.
Esto lo llevara de una manera natural natural hacia la musicalización dentro de la asociación Tangueros en Perpignan.
Y de ahí en adelante, en festivales y encuentros de toda la región Suroeste, Toulouse, Carcassonne, Béziers, Perpignan y España.
A él le gusta ver la armonía de la "Ronda" en la milonga y sentir la emoción que emana de esos abrazos tiernos y sensuales.