¿Y si Toulouse-Lautrec hubiera viajado a Buenos Aires?
Es la hipótesis que formula el escritor franco-argentino Julio Cortázar en su maravilloso texto Un Gotán pour Lautrec publicado en 1980. Entre ficción y realidad, se acerca al tema de predilección de Toulouse-Lautrec, los burdeles, y el universo del tango, el cual se desarrolló mucho en el siglo XIX en un contexto de prostitución.
Se basa en el célebre cuadro de Toulouse-Lautrec expuesto en el Museo de Albi Le Salon de la rue des Moulins, donde se ve a una prostituta llamada Mireille, uno de los modelos favoritos de Toulouse-Lautrec.
Mireille se fue un día para probar su suerte en Argentina, pero nunca volvió...
Ella conoció probablemente el tango, y Cortázar supone que inspiró este texto cantado por Carlos Gardel :
“¿Te acordás, hermano, la rubia Mireya?
Entre dos citas de letras originales de tangos, Cortázar imagina los destinos de quienes atraviesan el Atlántico poniendo en escena la figura de la prostituta, muy recurrente en las letras de tango: Margot, Yvette, Yvonne, Margarita y Griseta.
¡Cuántos paralelos, encuentros reales o imaginarios, en aquella Buenos Aires de antaño, tan cerca del Montmartre y del Moulin Rouge que le gustaba tanto a Lautrec!
El espectador se ve sumergido en el universo gráfico del reconocido pintor, encarnado por la dibujante Nelly Baron: bocetos en vivo, pinturas al óleo y afiches en el estilo de los litografías de Toulouse-Lautrec, son ejecutadas bajo el ojo de una cámara que capta todos los gestos en directo.
Proyectado en una pantalla grande, el espectador asiste ¡fascinado por todo el proceso de creación!
Llevado por la voz cálida de Solange Bazely, la lectura del texto de Cortázar se vuelve un viaje gracias a la banda sonora creada especialmente para el espectáculo. Entre tangos cantados en castellano, ambientes sonoros y temas en guitarra, el espectador es transportado al ambiente sudamericano de principios del siglo XX.
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